tales-of-halloween-poster1Llegando casi al final del 2015 se puede afirmar que este ha sido un (tal vez otro) pésimo año para el cine de terror. De las, aproximadamente, veinticinco películas estrenadas se pueden rescatar apenas unas dos o tres y catalogar de inmirable al 80% restante con seguridad. Los criterios de selección de las distribuidoras siguen siendo un misterio, dado que estos números tampoco reflejan el verdadero estado presente del género. Si bien por las facilidades de producción que brinda siempre fue uno de los géneros más prolíficos e irregulares -hoy en día mucho más gracias al abaratamiento de gastos que la digitalización posibilitó-, hay que reconocer que para poder encontrar verdaderas gemas no queda más opción que recurrir a la web y a los sitios de descargas. Tal vez el ave raris por excelencia de la cartelera de este año sea Te sigue, a la que le costó muchísimo llegar a la programación de las grandes salas, cosa que tal vez no hubiera sido posible de no haber contado con un amplio recorrido festivalero previo que despertó un entusiasta boca en boca cuya expectativa fue difícil de saciar.

Pisando la recta final aparece Tales of Halloween, película episódica que consta de diez relatos atravesados por la misma noche en la que, obviamente, se celebra Halloween (como fue en su momento la no estrenada Trick or Treat). Si bien Tales… es más simple y directa en su intención que la metafísica y onírica Te sigue, hay al menos dos puntos en común notorios (sin contar que en ambas trabaja Keir Gilchrist). En primera instancia se encuentra la presencia insoslayable de John Carpenter, no como referencia espuria sino como una declaración de principios en el marco de la industria y del género en el presente. Contra la fórmula del found footage, la velocidad y el sobresalto, tanto Mitchell como la decena de directores agrupados por la actriz, directora y productora Axelle Carolyn, optaron por trabajar sobre una puesta en escena elaborada, con planos bien trabajados, con profundo sentido del goce estético y de los tiempos del montaje.

maxresdefaultEsto nos lleva directamente al segundo motivo que las emparenta: la melancolía. El terror, tal como los cinéfilos más adeptos lo entendemos, quedó muy atrás y probablemente ya no vuelva, lo que nos deja en cierta forma huérfanos (algo de esto también puede entreverse de The Final Girls). Tanto Te sigue como Tales of Halloween apelan directamente al costado infantil del espectador del género, no solo por llevar al límite su verosímil, confiando en su entrega, sino porque interpela de forma directa a esa etapa de nuestra vida a través de sus citas (como la proyección de La noche de los muertos vivos de George Romero en todos los televisores que aparecen) y los cameos de grandes directores independientes y de culto como John Landis, Joe Dante, Stuart Gordon y otros, obviando la adolescencia apropiada y extendida por la ciencia ficción del tándem Lucas/Spielberg/Jackson que ha copado terreno en la industria (y que ahora ostentan un discurso híper politizado contra el sistema que, paradójicamente, las comercializa).

Sin ir más lejos, Halloween fue la película en la que Carpenter colocó al espectador en la subjetiva de un niño asesino antes de desenmascarar la cara oscura de la/su inocencia. El mejor corto de Tales of Halloween, The Night Billy Raised Hell, dirigido por Darren Lynn Bousman, trabaja sobre una premisa similar aunque al final termine salvaguardando (éticamente) la inocencia del chico. De cualquier manera el goce (morboso) para el espectador existe en tanto cree que es el nene quien comete todas las atrocidades que alzan el infierno en el suburbio.

toh-3-kids-lst181772El tono en Tales of Halloween no es denso como el de Te sigue ni tampoco presenta la complejidad ideológica carpenteriana. Queda claro que lo que buscan estos realizadores, al menos en esta producción en particular, es inscribir el terror como juego y celebración, tal como la festividad que le da nombre. Su melancolía entonces se vuelve más lúdica que psicológica. Su objetivo es despertar la puerilidad del espectador. De allí que dos de las citas directas a Carpenter (además de la del título) evidencian esta intención. La primera es la aparición de Adrienne Barbeau en el mismo rol de la DJ que encarnó en The Fog, una de las películas más “infantiles” de Carpenter (la fusión del terror con el género de la aventura, los piratas, el viejo pescador relatando historias a los niños, etc.), la segunda es su nombre impreso en el envoltorio del chocolate que salva la vida del chico protagonista del primer relato, Sweet Tooth, de Dave Parker. Carpenter, sin embargo, no aparece en pantalla como sus colegas, queda impreso como nombre, como palabra salvadora, como el absoluto y único Rey de las Tinieblas que puede rescatarnos de la catástrofe del género.

Tales of Halloween (EUA, 2015), de AA.VV., c/Greg Grunberg, Sam Witwer, Ben Woolf, Adrienne Barbeau, Grace Phipps, Keir Gilchrist, John Landis, Joe Dante, 92′.

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